“Probablemente el masaje, es la herramienta más antigua que el ser humano utilizó para proporcionarse un recurso natural contra el dolor”
El masaje es una forma de manipulación de las capas superficiales y profundas de los músculos del cuerpo, utilizando varias técnicas de manipulación (amasamientos, fricciones, presiones e impactos con un cierto ritmo e intensidad) para mejorar sus funciones, ayudar en procesos de curación, promover la relajación y el bienestar.
Técnica de masajes
El masaje se aplica mediante la manipulación manual de los tejidos blandos: piel, músculo y tejido conjuntivo, para ampliar la función de estos y promover la circulación sanguínea y linfática, la relajación y la sensación de calma interior.
Sirve además para aliviar o hacer desaparecer contracturas y la tensión muscular, optimizar la función y permitir un buen deslizamiento de los tejidos.
Las maniobras del masaje deben resultar lo menos dolorosas posible, por ello, es recomendable que el profesional esté atento a las reacciones del sujeto que recibe el masaje, y durante su práctica, adecuar la intensidad del mismo a las características únicas de cada cliente. Un criterio de calidad y fácil de reconocer a la hora de recibir un buen masaje es que el contacto debe ser aplicado de un modo progresivo y extenso al principio, para ir centrándose en las áreas más limitadas y tensas conforme progresa el masaje.
Ciencias de la Salud.
“Son muchos y variados los efectos del masaje, ya que el cuerpo humano es muy complejo y está constituido por diversos sistemas”
Beneficios del masaje
LOCALES: en la zona donde se aplica el masaje.
REFLEJOS: a distancia de la zona donde se aplica el masaje, por acción refleja gracias a su efecto sobre el sistema nervioso.