En Toma Impulso sabemos que, en determinadas etapas del proceso de rehabilitación, son convenientes las intervenciones en el domicilio en el que reside la persona, tanto en el presente, como donde residirá en el futuro más cercano.
Se trata de los momentos iniciales, en los que la persona está viviendo la vuelta a casa, después de un tiempo de ingreso en el hospital. Días o semanas en los que todo el entorno familiar está viviendo un proceso de adaptación en el que son necesarias las máximas facilidades para la intervención.
El tratamiento en el hogar, es también beneficioso en esta etapa porque hace que se aprecien, de forma más visible y clara, los avances conseguidos en las diferentes terapias. Este hecho, resulta motivante y esperanzador tanto para el paciente como para su familia.
Otro momento en el que también es conveniente realizar alguna que otra sesión en el domicilio, especialmente las sesiones de Terapia Ocupacional, es cuando la persona ha recuperado determinadas habilidades que había perdido pero, aún necesita ayuda para integrarlas de forma coordinada en la ejecución de alguna actividad concreta de su vida cotidiana. Por ejemplo: una persona que tras un tiempo de realizar rehabilitación en nuestras instalaciones, necesita practicar la actividad de cocinar en su propia cocina, no en nuestro entorno totalmente adaptado.
En otras ocasiones, son las circunstancias familiares, por prisas, estrés contextual, una escasa red social,… las que generan la necesidad de realizar intervenciones en el hogar.